jueves, 19 de julio de 2012

Almuerzo en Jornada Laboral.


Las personas tienen la falsa idea que el hecho de pasar 8 horas en una misma institución nos convierte a todos en una gran familia. A ver, primero: NO. No somos una gran familia, y por ende, No nos metemos todos en la vida de todos.
Si nos llevamos bien y compartimos amenas y divertidas pláticas, nos reímos y chusmeamos, me parece genial, pero NO. No somos una gran familia, y por ende, no nos obligamos los unos a los otros a contar nuestras intimidades.
Si almorzamos juntos en una gran mesa, mortal!, porque así se acorta la jornada pero igual NO. O sea gente NO. No somos una gran familia, y por ende, no cuestionamos la comida del otro NI TAMPOCO NOS IMPORTA UN ORRRTO qué mierda le gusta al otro ni cuan nutritiva y saludable es su dieta. No, entendes? No me indagues sobre qué cocinamos en casa ni tampoco me tortures todos los santos días diciéndome la poca variedad de alimentos que consumimos en casa. NO. NO. No vas a ser más feliz ni menos infeliz porque yo sepa o no cocinar salsa, porque yo quiera o no comer guiso. NO mina. Fletate.
Me atora la tarta en la tráquea la santa pregunta de las 13.30 h. ¿qué trajiste hoy? Y el OBVIO comentario posterior: ‘Otra vez?!’. Y después, el comentario con paneo general hacia el resto de los comensales: ‘no se cómo va a hacer para casarse esta chica’. NOOOOOOOOOOOOO. No de nuevo. NO. Qué ocote tendrán que ver las calabazas con la Iglesia, en qué punto se junta el bife de chorizo con el santo sacramento NO.
Eso nomás.