jueves, 12 de septiembre de 2013

Los padres y la tecnología.

A veces cuando veo la carita de mi madre asomándose por atrás de su notebook nueva y mostrándome con astucia el video de you tube que está a punto de compartir en su facebook siento que esto debe ser un castigo por la cantidad de veces que los hijos quisimos llamar su atención mostrándole alguna poronga que acabábamos de aprender a hacer, tipo el rol adelante, el globo terráqueo de papel maché o un retrato suyo con nosotros en la plaza hecho a crayón (oh dios).

A veces cuando me muestra una página que descubrió espartanamente en GO-OGLE, o mejor dicho, la página MIL NOVECIENTOS NOVENTA Y NUEVE,  siento que esto debe haber sentido ella cuando yo le tocaba 15 veces consecutivas el dos por diez en la flauta dulce.
No se si me causa ternura o ganas de estrolar una docena de huevos contra el piso, el hecho de que se siga sorprendiendo porque en Internet está todo, desde el alquiler de la casa para las vacaciones hasta la receta del budín de pan, pasando por la nota de yoga y las fotos de los gorilas de Tanzania. TODO.

Me alegra que haya decidido incursionar en el siglo 21, pero me desespera que llame con URGENCIA porque no encuentra la cruz para salir de una ventana, o que se siente a esperar  cuando le aparece el cartel “el servidor no está disponible-intente de nuevo más tarde”. Meeeeme….