jueves, 8 de diciembre de 2011

Ensayo libre sobre la ciudad de Córdoba.

Cuántas posibilidades del destino de ver un carrito de cartonero en llamas existen? Y ver que la gente trate de apagar los cartones con más cartón? Y que ese mismo día haya paro de colectivos y llegue una hora tarde al trabajo? Que después por casualidad pase por CONIFERAL y ver a todos los colectiveros comiendo choripanes!? Y que además vea por la calle gente más rara de lo común: madre despiojando hija en vía pública, pupera símil corpiño con zapan afuera, señora mayor con nido de rasta tamaño EDIFICIO en la cabeza?...Existen muchas posibilidades de vivir eso si uno habita en la ciudad de Córdoba, donde ver a un terrícola atravesado por múltiples pierciengs en la cara y tatuaje de LA MONA en zona cuello y cachete es súmamente normal.
Ese mismo día tomé un taxi. El taxista como todos los taxistas sacaba su brazo izquierdo afuera por la ventanilla, apoyado cómodamente, pero en lugar de tener el brazo al aire lo tenía cubierto por una manga (SUELTA, CORTADA) de camisa, para evitar quemarse, broncearse de más. Coqueto el hombre.
También ese mismo día vi una pareja de novios en donde ella, gorda, grandota lo tenía "a upa" a él, flaquito y pequeño y lo manipulaba de acá para allá a gusto y piacere, de vez en cuando chapándolo furiosamente.
Córdoba tiene ese no se qué que te da ese tipo de adrenalina mezclada con pánico de no saber con qué mierda te vas a encontrar a la vuelta de la esquina.

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