martes, 17 de abril de 2012

Academia para Padres

A ver. Alguien YA que me diga donde ORRRRRTO explican a los padres CÓMO manejar a un hijo en crisis. Léase, un hijo que está: indignado, embroncado, deprimido, preocupado, malhumorado, triste, angustiado. Sea por el motivo que sea, VALGA o no valga la pena estar así por ese motivo.
Si estoy así y no intento dejar de estarlo, es porque prefiero REMIL REVOLCARME EN ESTE POZO DE LODO Y DESECHOS anímicos que es mi día, para -CUANDO SE ME PLAZCA- salir a ver la luz de nuevo.
Si NO me quiero sacar el pijama. NO ME QUIERO SACAR EL PIJAMA. A ver, qué parte no se entiende?.
Si NO tengo hambre. NO TENGO HAMBRE. Quién va a morirse porque un puto día de mi vida me saltee el almuerzo?.
Si NO tengo ganas de contarte. NO TENGO GANAS DE CONTARTE. Qué tan complejo es entenderlo?
Si a todas tus preguntas respondo con monosílabos, CLARAMENTE tengo tantas ganas de hablar.
POR DIOS, LA VIRGEN MARÍA, MARÍA MAGDALENA Y OSAMA BIN LADEN… RAJAAAAAAAAA DE ACÁAAAA!. Si me sumerjo en un libro es porque NO quiero mirar otra cosa que no sea un montón de letras amontonadas en una paginita.
Si voy de la cama a la ducha al sillón y en NINGÚN momento miré hacia donde estabas. ¿Por qué será?.

A ver. Son padres. Saben con exactitud y alarmante detalle la secuencia de las cosas. El silencio, el silencio devenido en puteada, la puteada que se convierte en berrinche, del berrinche a la ofensa, la ofensa hecha climax en un novelesco portazo y el final conmovedor con toda la verdad de la milanesa.
Ahorrame la maratón de caras de orto que tengo que hacerte cada vez que te acercás intentando ser comprensivo y preocupado y dejame ser un joven incomprendido en paz.
GRACIAS.

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