La vagancia es un contrincante muy duro de vencer. De todos modos ya le encontré el secreto. Ataca cuando estás con la guardia baja: sumergido en un sillón, acostado viendo tele, echada en la silla de la oficina…
Yo se muy bien que buscas esos momentos de NADA para atacarme e inmovilizar a mis soldados. Lo tengo bien clarito, no te creas que soy tan ignorante como para no haberme dado cuenta.
Conozco a la perfección tu efecto pijama: ese no se qué que generás cuando me saco el uniforme y me zambullo en las profundidades del pijama. Esa es tu arma más fuerte.
Se que estás aliada con los libros para acorralarme, escondida en sus páginas siento que tengo la mejor excusa para quedarme así de echada y no moverme por horas.
Vos qué te creías? Que todas estas tácticas pedorras que inventás para someterme eran una eminencia en la guerra por el uso adecuado del recurso ‘tiempo’?.
No mami. ME DOY CUENTA. ME CONOZCO TUS MOVIMIENTOS TODOS ENTERITOS.
Pasa que me da taaaaaanta paja hacer algo para evitarlos, CERO GANAS de contraatacar la verdad…
No hay comentarios:
Publicar un comentario