Ayer iba en el colectivo. No en el de siempre (ni el E1 ni el N3) sino en el A8. Una hermosa lata azul que arranca en el mismo momento en que estás subiendo y te bambolea cual grasa colombiana de alguna bailarina de cumbia con gambas jamonudas. De pronto empecé a sentir un aroma a panadería. Ese típico olor invernal que tanto nos gusta a las comedoras de facturas, ese olor que nos remonta a las 6 de alguna tarde remota de nuestros ocho años cuando esperábamos ver chiquititas, tomando nesquick. Pero uno cuando va en el colectivo sospecha. SIMPLEMENTE SOSPECHA. *mirada sospechosa* *silencio sepulcral* No. Esto no puede ser olor a panadería. *ojitos achinados* *olfatea* NO PUEDE HABER PANADERÍA CERCA POR LA ARENALES, si lo único que hay son canchas de fútbol y colegios públicos + baldíos.
ALGUIEN SE TIRO UN PEDO CON OLOR A PAN FRANCÉS, NO SE. ESTO NO PUEDE ESTAR PASANDO.
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