Decir Centro es decir la Mismísima Temuer. Donde hay centro, de lo que sea, hay MUCHO, hay JUNTO, hay DENSO.
Si vamos al caso del Centro de Córdoba, yo diría que hay SOBREDOSIS de ‘muchos’ ‘juntos’ y ‘densos’. Si pregonas la tolerancia social. TE ADVIERTO YA, no leas este texto.
Porque sobre la gran cantidad de ‘muchas’ cosas que hay, dentro de las que encontramos olores, medias de colores, personas famosas estampadas en objetos, desagües y palomas, lo que PEOR me cae son las MIL MILLONES QUINIENTAS TRECE MIL LÍNEAS DE COLECTIVO de toda la escala cromática que circulan por sus principales arterias tirando más humo que todas las pasteras juntas, y la cantidad infinita de gente caminando A DOS POR HORA por sus veredas que son mas angostas que mi cadera (tampoco es que sea tanto mérito).
Así es que, sobre que el ir al centro ya es una cuestión de extremos o llegas MUY PUNTUAL o llegas TARDE (generalmente sucede lo segundo) ENCIMA –en-ci-ma, llegar a tu destino es una eterna carrera de obstáculos que empieza en los canteros, sigue por los vendedores y se ve constantemente alterada por estas pseudos babosas humanas que más que caminar reptan por el centro, sin darse cuenta del ritmo con que se sucede todo en el lugar mas MUCHO JUNTO y DENSO de la ciudad, seres desconsiderados que más que dirigiéndose a un lugar parecieran ir luchando contra la gravedad para flotar en el aire sin darse cuenta que HOOOOOOOOOLA qué tal? Sí! yo vengo a MIL QUILÓMETROS POR HORA porque hace diez minutos empezó mi turno en el dentista, todavía me quedan 5 cuadras y usted con su NO MOVIMIENTO está abarcando toda la vereda, bajaría a la calle pero temo que una INMENSA LATA teñida de naranja celeste verde rojo azul etc etc me deje sin dientes y quite el ÚNICO propósito de este tortuoso viaje.
EEEEEEEEEEEEENCIMA, en-ci-ma, entro a una farmacia y una vieja con cara de cansada OSA intentar contarme que acaba de llegar de ver la REVERENDA PELOTUDÉS (porque disculpenme pero no podes) de la virgen en Alta Gracia. AHHHHHHHHHHHHHH NO. A mi con esa huevada no, con gusto otro día tomamos mates y hablamos del Credo y los Evangelios. Pero llego tarde al dentista.
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