Estaba mi amiga recién llegada a su oficina después de una mañana de mil cosas, con su uniforme (del cual ya está harta) y sus zapatitos, los que yo llamo ‘De Monja’, me refiero a esos terribles garrones que tenes que usar cuando estas en esta media estación en la que con las botas te moris de asfixia piesil y con sandalias quedas
UNO: muy desubicada,
DOS: muy fantasmagórica.
Bueno la cuestión es que estos zapatos de monja además de ser muy feos los pobrecitos, son, pareciera ser, una cosa impermeable aislante compacta que IMPIDE la adecuada ventilación de la zona “dedos del pié”. Ah no por dios lo que le chivan los pies a mi amiga ahí adentro!
La cuestión es que entró a la oficina como un huracán de calor, sintiendo cómo un millón de seres vivos nacían, crecían y se hacían fuertes en ese microclima húmedo y oscuro que estaba generándose adentro de sus zapatitos de monja, pensando si no habrá sido que, al mejor estilo Disney Channel, un volcán hubiese erupcionado en su zona podosa (de “pié”) y ahora una lava candente circulara por los canales dediles.
Sin poder aguantar un segundo más esa sensación de hoguera interna en extremidad inferior, decidió muy disimuladamente sacarse los zapatitos de monja para ventilar sus pies.
Para qué!!!!!!!!!! No había alcanzado a sacar el talón siquiera que un olor nauseabundo invadió la oficina. Un olor parecido a lombricompuesto, Cheetos, queso roquefort y Glade Toque (infaltable en nuestros relatos!! ajja) que mi amiga jamás jamás jamás se hubiese imaginado que podían generar sus pies.
Encima qué creen que hizo mi amiga? En vez de sentirse sumamente avergonzada, como cualquier persona más o menos normal y civilizada, la muy bárbara se tentó, debatiendo internamente cómo disimular la risa y a la vez evitar que esa fragancia a gato muerto untado en queso addler se esparciera por toda la oficina y llegara a las narices de sus compañeros. Y entonces se imaginaba que nadie se podría imaginar que ella pudiese tener semejante olor a pata y se tentaba más pensando en lo engañosas que pueden ser las apariencias.
De todos modos igual en el medio de la tentación se puso de vuelta los zapatitos de monja porque una cosa es ser caradura y otra MUY diferente, es ser linyera. Y mi amiga es una sinvergüenza pero es linyera sólo donde el ambiente se lo permite.
Igual hoy se puso talco hipoalergénico (cualquiera! Jaja) y anotó “talco para pies” en la lista del súper.
3 comentarios:
Me mata lo de "tengo una amiga que..." jaja
jajajajjajjajajajajjajajajajaa bien detallado el cuento de la "amiga" se ve q pasan horas en el telefono jjjajajajajajjajajjajaja lo q me reí leyendo esto no tiene precio... gracias gracias graaacias pro hacerme tan feliz!!!
ajajajajajaja... lo peor es que se hacen los dolobus y saben que estan apestando los ambientes lindantes! QUE HOSHOSH! Por lo menos no te tenes que bancar el perfume de vainilla que se tiran aca para aplacar los olores... que de hecho no sucede ajajajaj
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