Nada le fascina más a mi sistema nervioso que el latoso sonido que desprenden los celulares. Nunca sentí tanto aprecio como el que siento por aquellos que gentilmente comparten, en el espacio público, la gran variedad de ringtones que su teléfono móvil ofrece, haciéndonos parte del proceso de decisión de su tono para llamada, mensaje o alarma.
Nunca el placer es tan grande como cuando siento las notas musicales (en caso que pueda llamarse "notas musicales" a ese conjunto de sonidos) que desprenden esas “canciones” hincándose en mis oídos, como finas agujas atacando mi tímpano.
Gracias a aquellos que eligen su viaje en colectivo, la sala de espera de los consultorios, las filas para cualquier trámite o pago, la biblioteca de la universidad, o cualquier espacio que haga a la esfera de lo público, para elegir su PUTO ringtone.
1 comentario:
No paro de leer ajajajaj les tiro tres palabras NEXTEL EN ALTAVOZ (peor si es portenio el q lo sostiene en su mano) y aquellos q deciden musicalizar su vida con el celular... ya ni siquiera eligen un ringtone, q de ultima a una le molesta en demasia pero en el fondo le dan ganas de decirle 'ESE, ESE, DEJA ESE... MMNO EL ANTERIOR!', ponen la musica PARA ESCUCHARLA, se ve que desistieron al uso de auriculares molestos q abandonan las orejas de sus duenios para poner el tan detestado y algnas veces VIOLENTO altavoz con cumbia... 'Es para cortarse las venas con una galletita de agua' diria mi vieja...
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