Iba caminando por la cañada y veo, en una camioneta estacionada, una situacion de afecto madre-hijo que en mi vida había visto. Ella, la madre..se llevaba a su boca al niño, de unos pocos meses de vida pero seguramente los necesarios para grabar esa escena como algo traumático para el resto de su existencia. Lo besa apasionadamente. En verdad, lo chapa. Hay baba, y beso frenético, de ese que es tipo "pico-pico-pico". Un horror. Como esas madres que se esconden y dicen "aca ta!" pero bastante más diferente. Dios mío, hasta a mi se me dificulta borrar la imagen de mi cerebro. No quiero ni pensar ese pobre inocente.
Lo pensé y creo que ese pequeño ser chapador de madres tiene dos destinos:
1) Amar tanto a su madre que toda mujer es la nada misma, por eso prefiere hacerle compañía a la mejor mujer de todas para toda la vida.
2) Odiar tanto a su madre, a lo que ella representa, al sexo femenino en su totalidad que prefiere casarse con un Leandro, y se acaba el problema.
No hay comentarios:
Publicar un comentario