La verdad que con mi amiga Tamse tengo una relación de amor y odio. Le tengo aprecio por la gran frecuencia con que pasa a visitarme cuando la espero en la parada (al menos si comparamos con su colega N3 y ni qué hablar el E1!), pero por otro lado sus paseos con ella (es decir en ella) son de lo más gris.
Ese sentimiento de vacío que uno siente al descender del colectivo, ese estado de nada misma en el cual uno va sumiéndose a medida que avanzan las cuadras y uno sigue ahí arribita.
No importa cuán fantástico haya sido tu jornada, cuántas buenas noticias te hayan dado o cuán a tu favor haya estado el mundo. No importa. Siempre, siempre siempre vas a bajarte del colectivo con desazón, angustia y "sensación de vacío".
Y ya descubrí por qué.
Se trata de unos mecanismos que los colectivos tienen en su interior cuyo fin es absorber la mayor cantidad de energía que pueda de sus pasajeros. Con un sistema bastante ingenioso, basado en el efecto dominó.
Los dispositivos son circulares, y están insertos en los mismos pasajeros, más precisamente, en las cavidades oculares.
Si si señores. Lo que acabo de decir es una bomba: Los ojos de los pasajeros, NUESTROS OJOS, son el mecanismo de absorción de energía. Y de esta manera nuestra mirada radiante y feliz del inicio del viaje, de a poco se va vaciando y transformándose en un mecanismo de absorción a su vez.
O entonces por qué sino los que viajamos en colectivo somos tan feos? tan tristes? tan que te da ganas de decirle: "hey flaca, te equivocaste, no querías subirte al colectivo, querías tirarte abajo!!!" ?!
Así como lo escuchan, es el sistema chupa energía de la mirada de los pasajeros de colectivo.
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