Si algo me molesta y me va a molestar siempre es verlas -a toda hora- en bata y con la escobita barriendo las hojas de la calle o la vereda.
Salgo para el trabajo, y ahí están las primeras amanecidas dele que te dele fregar el pasto para quitarle las hojas, <oiga señora! no se vaya a barrer las ojeras!>; vuelvo del trabajo, ahí están de nuevo escoba o rastrillo en mano asesinando las pobres hojitas caídas.
Voy vengo voy vengo cuantas veces sea en el día y siempre hay alguna arruinándome el otoño.
Por qué esas ganas de pelearse con el mundo intentando combatir la principal característica de esa bella estación?
Por qué esa obsesión por barrerle el color a la vida, y peor aún, barrerme ese "no se qué" que tiene el sonidito de las hojas cuando las pisas?
A mi que me disculpen pero las viejas que barren me parecen un monumento a la amargura.
Y no importa cuan jóvenes sean, siempre van a ser 'las viejas que barren'.
1 comentario:
Esperá esperá esperá! eso no es todo... y que me decís de las que están con la misma batita, la misma escobita, pero con un pañuelo de seda en la cabeza, con pantuflas y la manguera en una mano echando agua para limpiar la vereda a las 5 de la matina? Hasta me parece imaginarme los ruleros! De todas formas... es una imagen que da nostalgia! :)
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