viernes, 26 de agosto de 2011

Él


Luego de Ella, llega la versión masculina de los personajes peculiares que las manzanas cruzamos por nuestras vidas.
Él tampoco tiene palabras lo suficientemente in como para calificarlo.
Gracias a dios, en una bizarra conversación con mi estimadísima amiga VS encontré la mejor manera de describirlo. El es una especie de cruza entre John Lennon y el Avatar de Alejandro Lerner.
Viste una especie de onda añejada, que en realidad el piensa que es “moda alternativa”. Un saco color marrón de esa tela que ni idea cómo se llama pero que parece gamuza vieja, color marrón-ocre, que le hubiese quedado hermoso a Hugh Grant en sus primeras películas, pero que es una patada en la boca del estómago puesta en ese conjunto de ser humano. Lo acompaña con unos anteojos de ver redonditos (como dije anteriormente, onda John L) y para rematarla, un cordón anudado (o en todo caso atragantado) en el cuello.
Su edad es indescifrable porque su cuerpo está cagado a palos, su moda no-moda es atemporal, su personalidad es apendejada pero su coeficiente intelectual no debe superar el de un teen-angel (lástima que esos papitos están tan ricos que compensan cualquier derrape mental!).
Como si todo eso fuera poco, se la tira de langa cuando la época de hacerse el banana le pasó hace mil años. A ver mi vida, bajate del tren de los pistolas y asumí la edad que tenés! Dejá de hacerte el pendeviejo porque das calambre, cancelá tu operativo “caer bien” porque más que romper el hielo tu conversación forzada está rompiendo cualquier posibilidad de que mañana te cruce y te salude.
Listo. Sos un terrible PANQUEQUE. Un Patán de los mil cielos. Un ser con destino truncado y que encima vendes viajes! O sea papi. Chau. No te bardeo más!.

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