Acá tenes una catarsis.

Me despierto con la enceradora. No es un buen inicio de día. Con la enceradora y la voz de mi mamá hablando a los gritos tratando de pasar su voz por sobre el sonido de la enceradora que pasa la señora que limpia en casa de manera frenética. La señora que limpia en casa y mi mamá se charlan la vida. Eligen el día viernes para cagarme la existencia, despertándome HORA Y MEDIA ANTES de lo que yo hubiese deseado. Charlan del vecindario, mientras yo me trato de despertar, charlan del clima mientras me cambio, charlan de la vida de Porototo mientras me lavo los dientes.
Salgo hacia mi vida laboral sin desayunar porque olvidé mencionar que la parte "me trato de despertar" que en realidad consiste en quedarme mirando un punto fijo del techo, duró más de lo pensado (como 46 minutos) y al final estoy llegando tarde. Me tomo el colectivo poronga que pase primero. Me pongo los nuevos auriculares que esta vez no tienen ningún tipo de problema que mencioné con anterioridad: Esta vez el problema es del CELULAR en si que tiene como volúmen MAXIMO el que yo pongo en la TELE cuando hablo por teléfono (mute). No escucho ni mierda las canciones, y si las escucho, van filtrados sonidos callejeros, bocinas, el que habla en el asiento de atrás, etc. Una verdadera garcha.
Llego al trabajo y hay asamblea en la calle. LA 27 de abril CORTADA, bombos, redoblantes y bombas de estruendo, banderas del SINDICATO flameando en el cielo de la concha de tu hermana.
Voy a resumirles mi día laboral porque no tiene sentido describirles cada una de las chotas tareas inútiles que hago y con las cuales me cuestiono mi existencia minuto a minuto. Pasan las horas y llega la hora de irme. Marco en el reloj como un zombie maltrecho y ultrajado y salgo al exterior.
Mis ojos tratan de hacer foco. La luz del día no es su hábitat natural. Cual murciélago que sale de la cueva sólo para ir a chuparle la nuca a alguna gallina, salgo al exterior y trato de enfocar lo que resta de mis ojos en un punto fijo como para situarme en un AQUI y UN AHORA. De pronto veo la fuente mas exultante que nunca, lanzando sus aguas hacia arriba, de fondo los árboles lindos, verdes, las mariposas revolotean, los pajaritos pían sobre los asientos de la plaza, la gente sale a correr, el clima COMO NUNCA, medio cálido, con vientito con olor a sol: ESE MISMO SOL QUE ME PERDÍ A LO LARGO DE TODO EL DÍA POR ESTAR SENTADA EN UNA SILLA "ERGONOMICA" Ergonómica la gran garcha, si me vieras la columna y la reputa que te parió.
Esta epifanía utópica me dura tres minutos y cuarto porque para cuando llegué a la parada del colectivo el día ya se está oscureciendo porque OBVIAMENTE ya está terminando. Salí a la vida cuando ya todos se están mandando a guardar. Para cuando la epifanía utópica ya terminó, me la pisotearon y el señor de Cliba me la barrió con el resto de la basura de la 27 de Abril, yo estoy de vuelta teniendo cuestionamientos existenciales del tipo: se me pasa la vida.
Esto no es todo. Me bajo directo en la peluquería para meterle un poco de onda a mi pelo que hace tres años y medio que no corto. ME LO HACHAN como a un pino en Navidad, y me sacan toda gana de ir a mi casa caminando por lo cual llego arrastrándome hacia mi puerta cual babosa, sintiendo mi autoestima como un minero, bien abajito en el fondo del culo del mundo, manchadito de carbón y cansado de cavar hacia abajo.