Ya en Buenos Aires, estaba intentando cruzar la calle cual campechana desorientada, para llegar a Retiro. Y veo que desde el costado se acerca a mi, sigilosamente, un ser...con un tímido "sorry..?" No se decirles su sexo, bien podía ser nena, bien podía ser nene...y tampoco se decirles su origen...bien podía ser chino, tailandés, japonés, o coreano.
Me muestra un pasaje que tenía en la mano, que decía "La Plata" y luego, para demostrar que estaba más perdid@ que la mierda, me hace con sus manitos la seña universal de "no se" (manitos a la altura de la pera, palmas hacia arriba).
Pobre ilus@. No se estaba dando cuenta de que el cruel destino l@ había llevado hacia mí, seguramente para pagar vaya a saber uno qué deuda con la vida. Quizás este ser haya sido muy mala persona porque el destino de pronto l@ reencarnó corean@, en Retiro, con un pasaje para La Plata en la mano y conmigo de única guía turística....yo, la persona menos orientada del planeta, y como si fuera poco, en provincia ajena.
El tema es que me quise hacer la cheta, y digo, ya está! practico los 6 años y medio de inglés que tengo encima. Cuando intento emanar mi inglés británico elegante cual si fuera LA LADY DI...de mi boca comenzaron a salir palabras del dialecto mapuche, con alguna que otra semejanza lejana al inglés mejicano de Mi ami y al final le terminé explicando en señas porque está claro que de Inglés no aprendí un choto.
La verdad....no sé si llegó a La Plata y hace dos días no me puedo sacar la culpa de haber mandado a un pobre ponja indefenso a la loma del orto (bien puede ser Usuahia, bien puede ser la Villa 31).
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