Hola Domingo, cómo estás?
Tenía ganas de escribirte, hoy, Domingo, para decirte como me hacés sentir cada vez que venís a mi vida.
SOS LISA Y LLANAMENTE un día de mierda. Perdón si te resulto muy directa, me harté de los formalismos. Tenía ganas de decirte lo caradura que me parecés cuando te hacés pasar por día de fin de semana y no sos más que el mismísimo FIN del FIN DE SEMANA. Sos un IMPOSTOR, RASTRERO.
Sos la cruel, grotesca y deprimente metamorfosis en la que el Sábado de pronto se torna Lunes. Tornás el Sábado en Lunes, Domingo. Eso es imperdonable.
No te soporto. Me siento inutil cuando estás cerca. Mi cama se me pega al cuerpo, y no tengo ganas de hacer nada porque estas rondando. No me gusta tu cercanía con el Lunes. Te cago odiando, te juro que te detesto,
porque no hay momento PEOR en la vida de las personas, que cuando uno abre los ojos y percibe el INEVITABLE contraste entre la noche del Sábado y la mañana del Domingo. Momento CLAVE.
La misma muerte.
Eso sos.
No me sale nada mejor que esto porque me sacas la inspiración.
La misma muerte.
Eso sos.
No me sale nada mejor que esto porque me sacas la inspiración.
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